sábado, 29 de marzo de 2008

Mis pinitos como lomógrafo





Lo prometido es deuda: os enseño algunas de mis primeras fotos realizadas con la Lomo. Espero que os animéis alguno.

sábado, 22 de marzo de 2008

Me he enganchado a la lomografía

















































No pienses. ¡Dispara! Con este lema tan inquietante es normal que te atrape el mundo de la lomografía. Hace una dos semanas uno de mis alumnos (doy clases de creatividad y copy en la escuela Creactiva de Madrid) me regaló una cámara de fotos muy especial. Se trata de una Lomo y el modelo es una Holga. Se trata de una cámara cuya tecnología es de origen ruso y que al verla atrapó mi curiosidad, creo que para mucho tiempo. La lomografía es un movimiento que aglutina a miles de seguidores repartidos por todo el mundo. La historia es más o menos así: todo empezó a principios de los 90 cuando un puñado de estudiantes austriacos descubrieron en Praga una máquina de fotos fabricada en la agonizante URSS que realizaba unas fotos muy artísticas y divertidas. Esa máquina utilizaba lentes rusas de un fabricante llamado Lomo PLC que estaba a punto de detener la producción y dejar sin empleo a 300 personas. La determinación de aquellos estudiantes austriacos logró garantizar una alta demanda de cámaras que permitió la supervivencia de aquella vieja fábrica rusa de San Petesburgo.
La lomografía es una forma espontánea, experimental y creativa de hacer fotos. Los colores se saturan y las imágenes salen un poco desenfocadas pero esas características producen unos resultados sorprendentes. Además, con una lomo puedes crear auténticas obras de arte con largas exposiciones, revelados cruzados y sobreimpresiones. Espero poder incluir pronto en este blog algunas fotos que merezcan vuestra atención. De momento, os muestro varias de otros lomógrafos más avezados que yo.

lunes, 17 de marzo de 2008

Ray Harryhausen, que nos hizo soñar con el futuro, se merece un viaje al pasado


Antes de nada, lamento este paréntesis de varias semanas y espero llevaros nuevos y más interesantes artículos. Empiezo mi vuelta con una noticia muy sentimental. Cuando era pequeño mi padre tenía un proyector de Súper-8 y entre las películas que aún se conservan en casa de mi madre había una que me fascinó desde el primer día que la ví. Su título era "20 million miles to Earth" y daba igual que el título fuera en inglés, porque la película era muda. Trataba sobre un impresionante monstruo que llegaba del espacio y que llegaba hasta Roma donde se refugiaba en el mismísimo Coliseo perseguido por los infatigables soldados norteamericanos. La película, en aquel formato inolvidable, duraba unos diez minutos y a aquella edad - la primera vez que la ví tendría unos ocho años - me ponía los pelos de punta.
Hace dos semanas leí en el Babelia una noticia de esas que llevaba años esperando: por fin salía a la venta la película "20 million miles to Earth", aquella película de la que sólo había podido ver una versión reducida de aquellos diez minutos que marcaron mi infancia. Por fin he podido disfrutar toda la historia, escuchar la música y los diálogos, e incluso escuchar los rugidos de esa bestia sanguinaria.
Ahora, casi cuarenta años después, aquellos rugidos suenan tan inofensivos que parezco estar viendo otra película y aquel monstruo me parece una inocente marioneta escapada de un programa infantil. Sin embargo la magia del maestro Harryhausen, el autor de los efectos especiales, está presente en cada plano de la película y eso le otorga un aroma de obra imprescindible para todos aquellos que aman la ciencia-ficción. No os la perdáis. Si quieres saber más, el maestro tiene una web oficial: www.rayharryhausen.com